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El otro día en el tren unas niñas (no taan niñas) comentaban una película antigua que habían visto en el cable. Una le decía a la otra que actuaba Richard (el de Friends) como beisbolista y que se iba a Japón… Película clásica Mr. Baseball, el problema es que para mi Tom Selleck siempre va a ser Magnum .Yo digo “Magnum estaba de beisbolista jugando en Japón, y se pegaba en la cabeza…este Magnum”. Cambio de generación me imagino. Es como cuando nos referíamos a Michael Landon, para mi siempre fue el de Camino al Cielo, para otros más antiguos era el de La Casa en la Pradera. O David Hasselhoff, para mi Mitch para otros Michael Night el del Auto fantástico. Y así sumamos. Para mucos chicos-adolescentes-pantalones abajo Richard Linklater es el director de Escuela de Rock, par mi es Dazed and Confused. Y así podría estar enumerando ejemplos tras ejemplos Y es tal vez esto lo que demuestra si una serie es buena o no, cuando todos relacionamos al actor con ella, cuando no imaginamos a otro haciendo el papel. Jason Alexander es George Constanza, Ed O’Neill es All Bundy…imposible que Fernando Larraín lo suplante, pero eso da para otro comentario.


Pablo Otaíza

Malísimo intento de darle un giro alternativo mediante un spin-off a una saga [Alien, el Octavo Pasajero (1979), Aliens (1986), Alien 3 (1992) y Alien Resurrección (1997)] que lleva varios años ya construyendo una interesante historia de ciencia ficción a mi parecer, que más allá ser un mero espectáculo pirotécnico, propone un trasfondo semi-filosófico acerca de la naturaleza humana y el destino de su aparente insaciabilidad de poder. La saga no es en realidad acerca del "mounstruo" alienígena (que en el fondo es solo un animal) sino del "mountruo" humano.
Bueno, me estoy yendo jugosa y lejanamente del propósito de solamente escribir acerca de esta película, que estos días se transmite por el mediocre Cinecanal.
La trama es absurda en comparación al contexto en que se ha dado la sobrestimada-por-mi saga, situando la historia en la Tierra, en una pirámide Egipcia-Camboyana-Azteca (?) subterránea en la Antártica donde los bichitos depredadores van a cazar aliens, todo entremedio de una inprovisada expedición humana a dicha pirámide, destinada al inevitable fracaso del contexto.
Salvo los efectos especiales bastante decentes y por defecto para una producción de este tipo, la película no se salva mucho... decepción tras otra hasta el horrido y ridículo final.
Por lo menos hubieran ocupado la trama de la versión videojuego en cual se ocupa la perspectiva de 3 personajes distintos cuyas historias se entrelazaban genialmente en un mundo oscuro, hostil y muy distante, haciendo un argumento, a lo menos, entretenido. Del estilo de historias cruzadas tipo Amores Perros. Se hubieran ahorrado unos pesos más en escritores al menos.
Pésima.

José L. Báez